Paremos la Guerra
De nuevo el mundo está siendo
sacudido por una nueva guerra protagonizada por los Estados Unidos. Su sed de
venganza por lo acaecido el 11 de septiembre en Nueva York le ha llevado a todo
un despliegue armamentístico, con nuevos bombarderos, submarinos
lanzamisiles... todo de alta tecnología, pero que no por ello evita que se
sigan cometiendo “errores de puntería”, y lo que en un principio iba a
ser una lucha contra el terrorismo, termina masacrando hospitales y barrios de
los más pobres, acabando con muchas vidas de civiles.
La tragedia sucedida le da pie ante la
opinión pública de emprender esta guerra sin sentido, y el respaldo
incondicional de los líderes de casi todo el mundo, como nuestro presidente,
fiel vasallo de EEUU, hacen que realmente pueda tomarse la justicia por su
mano. Pero de esta manera está claro que NO se acaba con el terrorismo,
si es eso lo que pretenden, sino que fomenta la expansión del terror,
llevándose a más víctimas inocentes, porque tan asesinos como los que causaron
la matanza de Nueva York son los que están asolando Afganistán.
La dinámica de los EEUU ya es de sobra conocida a lo largo
de su historia. Terroristas pueden estar o no de su lado según sus intereses
del momento. En su lucha contra la Unión Soviética, la CIA financió, armó y
organizó a los terroristas que ahora persiguen, entre ellos Bin Laden, y de
igual manera sigue apoyando a Israel en su exterminio del pueblo palestino.
Pero la guerra declarada a Afganistán no
lleva consigo acabar con el terrorismo, ya que ni Bin Laden es afgano, y la
mayoría de los terroristas islámicos que llevaron a cabo el atentado son
sauditas. EEUU persigue la consolidación de sus intereses imperialistas para
dominar territorios de gran valor estratégico y así controlar el mundo. Y de
paso aprovecha la conmoción para que la CIA recupere su “licencia para
matar” , suprimir derechos civiles esenciales, limitar las libertades
públicas, la privacidad, la libertad de expresión y fomentar el racismo.
Hay que luchar contra el terrorismo en TODAS
sus formas, incluyendo pues aquel que esté arropado por las leyes. No hay que
permitir que ningún gobierno acoja a terroristas, pero tampoco permitir que
ningún país siembre el terror. Porque todas las muertes deberían de
valer lo mismo, de un subsahariano que muera en el estrecho, de un neoyorquino
o de un afgano. Por todo ello
NO A LA GUERRA